Con su creación, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) pretende realizar investigación científica para comprender y documentar la biodiversidad en todas sus formas, implementando medidas efectivas de conservación para proteger hábitats críticos y especies en peligro de extinción.
19 de octubre de 2023.- Un nuevo paso ha dado Chile en materias de conservación de sus diversos ecosistemas, con la creación del Centro de Estudios de la Biodiversidad que estará a cargo del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), organismo vinculado al Ministerio de Agricultura.
Este espacio de investigación científica está ubicado en la comuna de Vicuña, Región de Coquimbo, y tiene por objetivo promover la preservación y el enriquecimiento de la biodiversidad nacional, a través de la investigación científica, la educación ambiental y la implementación de estrategias de conservación sostenible.
Con una ceremonia al aire libre, el Centro de estudios de la Biodiversidad fue inaugurado con la presencia de la directora nacional de INIA, Iris Lobos; el Seremi de Agricultura de Coquimbo, Christian Álvarez; profesionales técnicos del Centro Regional INIA Intihuasi y representantes de comunidades vecinas y productores.
“El futuro de la agricultura se sustentará en suelos biológicamente activos, llenos de vida, en donde crezcan plantas de amplia variedad y características; sólo de esa manera podremos sortear las incertidumbres climáticas que agitan nuestros ecosistemas”, manifestó la directora Lobos. “INIA ha estado preocupado por ello impulsando iniciativas carbono neutrales, bajando la huella hídrica y en Vicuña desde hace años protegiendo el patrimonio genético nacional. El Centro pondrá el foco en la diversidad agrícola de cultivos, de plantas, especies, insectos y microorganismos. No estamos intentando mirar al futuro, sino buscamos que el futuro nos encuentre y que una nueva agricultura sea la llave del porvenir de este hermoso planeta”, añadió.
Nicolás Verdugo, el encargado del Centro, explicó que “INIA en el norte de Chile tiene una historia bastante larga, donde ha realizado aportes, según los diferentes contextos que le ha tocado enfrentar en los casi 60 años de historia. En ese sentido, ahora asume el desafío de tener una mirada de protección y valorización de la biodiversidad, donde se pretende realizar investigación que permita conciliar la producción agrícola con la protección de la biodiversidad. Este nuevo centro se presenta como una oportunidad para la interacción con diferentes organismos y la comunidad, de tal forma de construir soluciones que permitan cumplir con el mandato del centro, en un contexto de aridez permanente”.
¿Cómo funcionará el centro?
Uno de los pilares fundamentales del centro es realizar investigación científica de excelencia para comprender y documentar la biodiversidad en todas sus formas, e impulsar el conocimiento en este campo. De esta manera, implementará medidas efectivas de conservación basadas en la evidencia científica para proteger hábitats críticos y especies en peligro de extinción.
Una de las ventajas es que, al estar inmerso en el Valle del Elqui, los especialistas de INIA podrán evaluar y validar tecnologías en base a la biodiversidad para territorios de la zona central del país, funcionando como un “laboratorio natural” de prototipado para sistemas productivos de Chile y el mundo con similares condiciones climáticas.
Asimismo, el centro difundirá la importancia de la biodiversidad y los desafíos que enfrenta a nivel público y privado, con programas educativos para estudiantes, profesionales y público en general, promoviendo la conservación responsable y la toma de decisiones informadas.
Cabe recordar que INIA cuenta con una Red de Bancos de Germoplasma donde conserva alrededor de 47.000 accesiones de especies vegetales cultivadas y nativas, además de 5.000 accesiones de microorganismos, vitales para preservar los ecosistemas; para desarrollar bioinsumosutilizar en una actividad agrícola y ganadera sostenible; y para garantizar el alimento para las futuras generaciones.
“La responsabilidad del centro recae en INIA por su trayectoria y capacidad técnica en conservación y protección de los recursos genéticos y patrimoniales del país, a través de su Red de Bancos de Germoplasma. Por ello, y como está estipulado en la estrategia de seguridad y soberanía alimentaria del Ministerio de Agricultura, tenemos el mandato de abrir estos espacios de conservación de la biodiversidad; generar colaboración multidisciplinaria entre científicos, conservacionistas, gobiernos, comunidades locales y otras partes interesadas para encontrar soluciones sostenibles a largo plazo, para adaptarnos continuamente a los cambios ambientales, a los desafíos emergentes del sector agropecuario y en materias de conservación y resguardo de nuestra gran biodiversidad”, explicó la directora de INIA.
Otra de las estrategias del centro será la conservación ex situ, es decir, fuera del hábitat natural de las especies, con énfasis en las especies que enfrentan amenazas en su entorno natural, como la degradación del hábitat por efectos del cambio climático y la crisis hídrica.
¿Por qué está ubicado en Coquimbo?
Está ubicado específicamente en las dependencias del Centro Regional INIA Intihuasi en Vicuña, junto al Banco Base de Semillas, en la Región de Coquimbo, para cumplir con otra tarea importante para el país: contribuir a la seguridad alimentaria.
“A través del Banco Base de Semillas, el centro conservará la diversidad genética de los cultivos agrícolas tradicionales, contribuyendo a la seguridad alimentaria al garantizar la existencia de variedades genéticas resistentes a enfermedades, plagas y condiciones climáticas adversas”, explicó el encargado del centro, Nicolás Verdugo.
De esa forma, el Banco Base de Semillas de Vicuña es el corazón de la Red de Bancos de Germoplasma de INIA, creado en 1990 y ubicado estratégicamente bajo un cerro para soportar catástrofes naturales y mantener vivas las semillas de múltiples cultivos y flora nativa que conserva. Según el Informe Mundial sobre Recursos Genéticos de la FAO (1996), esta especie de “Arca de Noé” de Chile es uno de los tres más confiables, en términos de conservación, en América Latina y el Caribe y hacen de Chile un país interesante como fuente de recursos genéticos para el mundo, aspecto que el Centro de Estudios de la Biodiversidad viene a preservar.